Te levantas del sofá, apagas la tele y la luz
del salón y entras en la habitación descalzo a oscuras para no
despertarla. pisas al perro, le pegas una patada a la gata y con el
móvil en alto y daldole a la tecla (cancelar cancelar cancelar)
consigues ver algo durante unas décimas de segundos, pero en el momento
en el que se apaga el móvil, la cama decide de motu proprio moverse y
colocarse delante de ti, solo lo justo
para que que le des una patada con el dedo meñique. Te tapas la boca con
una mano y con la otra vuelves a marcar en el móvil (cancelar cancelar
cancelar).
Cuando por fin consigues reponerte y secarte las
lágrimas, te metes en la cama y con mucho cuidado te tapas hasta la
nariz. Pero en ese preciso instante ella enciende la luz y se levanta
como si de extra de "The Walking Dead" se tratara y te dice -Ya te vale-
A estas alturas solo puedes tragar saliva y morder las sabanas con
todas tu fuerzas.
Pero es justo cuando ya ha vuelto, se ha tapado y
ha apagado la luz cuando escuchas el "clank" del termostato de la
estufa que te has dejado encendida en el salón. Con lo que te levantas y
vuelves a empezar de nuevo.
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